[OPINIÓN] Richard Arce: “Ahora el periodismo de investigación es “cercar””. (Foto: USI)
[OPINIÓN] Richard Arce: “Ahora el periodismo de investigación es “cercar””. (Foto: USI)

Estamos viviendo tiempos convulsionados en el país con un escándalo inmenso de corrupción a todo nivel, que traslapa a casi toda la clase política que nos gobierna. Desde esta humilde columna, la hemos denominado una guerra de mafias, que pugnan por el poder o por mantener sus cuotas de poder para así seguir cometiendo sus fechorías. Por eso no es novedad ver la cantidad de funcionarios de todos los colores políticos involucrados en todos estos tinglados de corrupción.

En ese escenario se construyen todo tipo de teorías, cada una más descabellada que otra, con el objetivo de distorsionar la realidad y describir una narrativa antojadiza en función de los intereses del grupo mafioso. Para ello son especialistas en difundir lo que les interesa y ocultar lo que les compromete, tratándonos a la opinión pública como si fuéramos ignorantes y que pueden sorprender con cada elucubración que hacen.

Soy consciente de que su estrategia funciona en algunos sectores en la población y que sobre esa base sostienen sus mentiras y, además, estas mentiras y medias verdades se refuerzan con el metaverso, herramienta que es utilizada muy bien en las redes sociales y el Internet, para inclusive construir historias surrealistas, por ejemplo, sobre el suicidio de Alan García o la victimización de Alberto Fujimori, que es una mansa paloma.

La realidad es que, en esa tergiversación de la realidad, los periodistas son los culpables y no los corruptos, porque el pecado del periodista es investigar y escudriñar en todo ese inframundo de la corrupción y después publicar todas las cuchipandas de los políticos. Esa osadía del cumplimiento de su deber es su condena, porque, según la lógica de la gente lumpen de la política, los periodistas deben ser condenados porque no les dejaron seguir robando al Estado y fueron evidenciados con sus investigaciones periodísticas.

Por eso, esta semana, desde ese inframundo de la corrupción, con el poder que tienen en diferentes medios y el ejército de troles en las redes sociales, pretenden construir la narrativa de que el periodismo de investigación es “cercar” o, en el caso de la labor de los operadores de justicia, también se han dedicado a “cercar” a los corruptos. Por eso fue que Alan García se vio obligado a suicidarse y todo fue parte de un plan orquestado y ejecutado milimétricamente por los periodistas “caviares” de IDL, con el superagente de contrainteligencia Gustavo Gorriti. Más irónico no puedo ser.