En un ambiente de tanta polarización política, resulta importante la posición que vienen asumiendo ciudadanos comprometidos con el país, ante tanto abuso de poder y tantas arremetidas del Congreso, que pretenden hasta desconocer una resolución judicial de una Sala Constitucional, que restituye los derechos fundamentales de los miembros de la JNJ Inés Tello y Aldo Vásquez y así puedan mantener sus cargos. La referencia es al magistrado Abraham Siles, que le remitió una carta contundente al felpudo que tenemos de defensor del Pueblo, que muy oficiosamente estaba pretendiendo juramentar a los suplentes que sustituirían a los dos integrantes sancionados por el Congreso.

En dicha carta zanja abiertamente con la posición servil que ha asumido la Defensoría y la pretensión de juramentarlos, resaltando que los mandatos judiciales son vinculantes y se acatan porque tiene efectos jurídicos inmediatos. El aspecto más importante de la misiva es que le hace recordar a Josué Gutiérrez que la entidad encargada de juramentar a los suplentes y la dirección institucional recae directamente en la JNJ, que es un organismo constitucional autónomo, que no está sometido a ninguna subordinación, ni de la Comisión que se encarga de la convocatoria y selección de miembros, detallando que solo funciona cada cinco años y por seis meses, y de ahí cesa en funciones hasta la siguiente elección de los nuevos miembros de la JNJ.

Hace énfasis en que la JNJ no se subordina a los abusos que pueden cometer poderes como el Congreso, que en la autonomía de la JNJ está la garantía para la credibilidad y la idoneidad que requiere una institución determinante dentro del sistema de justicia y la trascendencia que requiere, para el buen funcionamiento del Estado constitucional y democrático de Derecho, establecida en la Constitución y su ley orgánica.

Deberían enviarle una copia de esta carta a los congresistas impresentables que tenemos en el Parlamento, para que entiendan su rol y vean cómo funciona el Estado, donde se respeta los principios democráticos de equilibrio de poderes; pero eso es pedir peras al olmo, porque solo están buscando impunidad, por eso ni siquiera tienen el decoro de acatar sentencias judiciales, declarándose en rebeldía y hasta cometiendo delitos e infracciones constitucionales. La carta emitida por Siles es una cachetada al defensor del Pueblo, para que se ubique y deje de hacer el ridículo público, mostrándose como si fuera un ujier del lado oscuro del poder en desmedro de sus funciones de Ombudsman.