Ya fue Otárola. Es insostenible que continúe de premier después de semejante escándalo de corrupción y aprovechamiento del cargo para cortejar a Yaziré Pinedo, condicionando su contratación a cambio de mantener una relación afectiva, si es que así se le puede llamar a la relación tormentosa que habría tenido. Porque de los audios se ve hasta haciendo el ridículo al mendigar afectos a cambio de que la susodicha le envíe su CV, en una muestra evidente de la comisión de varios ilícitos penales.

Al país le importa un bledo el hedonismo de Otárola o con quién quiera encamarse, si él desea mantener una relación amorosa es su problema y un aspecto estrictamente personal, inclusive sus amoríos y desamoríos son problema suyo. Aquí se discute la gravedad de la utilización y el aprovechamiento del cargo para mantener estas relaciones furtivas, o quién sabe si no ha sido un acoso sexual contra una dama, utilizando recursos del Estado, al extremo de condicionarla para que acepte sus insinuaciones y hasta sus bajos instintos.

Al cierre de la edición no se tenía el asidero de la remoción del premier, que evidentemente significaría una crisis de gabinete, con lo cual se estaría convocando a un nuevo consejo de ministros. Pero sospechamos que Otárola ya fue y solo están definiendo los términos de su salida, porque la suspicacia es que todavía mantiene el poder para condicionar su renuncia o remoción, sino, recuerden la tibieza del comunicado de prensa de la presidenta Boluarte, muy condescendiente con las trapacerías de Otárola.

La realidad es que la suerte está echada para Otárola y la historia no termina, al contrario, percibo que estos escándalos recién comienzan y se vienen más destapes. Recuerden que en los corrillos de Palacio, Otárola a pulso se ganó el mote de “Pantaleón y las visitadoras”, por la diligencia con la que atendía a jovencitas agraciadas que después de una visita a su despacho conseguían órdenes de servicio y trabajos expectantes en el Gobierno, como muestra de su gratitud y sus deseos concupiscentes, que hoy se han evidenciado con el caso de una de las visitadoras.

Después de este escándalo se entiende el porqué del silencio atronador del Ejecutivo frente a la ignominia del Congreso, porque estaban haciendo feria con el poder, imaginen qué no harán con los recursos del Estado en las obras y licitaciones.